sábado, 3 de agosto de 2013

Carta de Ricardo Halac al elenco de "Luna Gitana"

1 de agosto de 2013 a la(s) 19:54


A los actores que hacen Luna Gitana

La noche que me confirmaron que iban a hacer Luna Gitana no pude dormir. ¿Para qué revivir esos crueles acontecimientos que sucedieron en el 2001? ¿No habíamos tenido los argentinos bastante dolor y humillación?

Es verdad, durante este tiempo la obra se representó varias veces y me arrepentí de no haber visto la puesta de Neuquén, que por las fotos y los comentarios me pareció muy aguda. Pero era un acontecimiento que ocurría lejos, que podía pensar y no sentir.

Vuelve a mi memoria el día de 2002 que ensayábamos la pieza y empezamos a oír gritos y cacerolazos en la calle. Estábamos en el teatro El Nudo, sobre la librería Losada, en Corrientes casi enfrente al teatro San Martín, y lo que vimos fue dantesco: bandas con cadenas y palos, que golpeaban autos y rompían vidrieras, enfrentando a los que querían detenerlos. “¡Cuidado, pueden disparar balas!” gritó Rubén Pires, el director, y con Rolly Serrano y Silvina Bosco nos tiramos al suelo. En esas condiciones no se podía volver a ensayar.

Era la época en que varios presidentes venían y se iban el mismo día, de la sensación de país quebrado, de los clubes de trueque, del “que se vayan todos”, lossaqueos y el vandalismo. Sobre todo recordaba que había anticipado lo que iba a ocurrir y por eso en ese momento tenía esta pieza quemándome las manos, buscando las criaturas que le dieran vida sobre un escenario.

Pero amigos, pasado el miedo fue reconfortante ver ahora a Rubén Ramírez y a Carolina Fassa encarnando a los personajes, y a la imaginativa Zaida Mazzitelli trazando movimientos en ese altillo que da sobre Plaza de Mayo, en el que hay que caminar encorvado, mientras abajo la gente grita y espanta las palomas con sus cánticos.

Gracias por hacerme pensar de nuevo en este tramo de la historia que nos lleva al hoy y aquí, por dejarme ver todo lo que cambiamos y sentir que podemos afrontar mejor lo que nos viene.

Los autores vivimos en nuestros personajes, que toman nuevas formas en los gestos y las palabras de los que los hacen cada noche. Me hace bien sentarme a ver, recordando aquella hermosa frase de que los pueblos que no recuerdan su pasado están condenados a repetirlo. 


Ricardo Halac



Pan y arte Teatro

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